jueves, 3 de mayo de 2007

S.O.S: CHUPASANGRES Y VECINOS AL ATAQUE


El lunes último, mientras ojeaba como de costumbre Perú.21, me topé en la página 15, con una noticia espeluznante. De solo recordarlo, los pelos se me ponen de punta y la taquicardia regresa de forma agresiva, convirtiendo mi pecho, en una especie de bongo. Leo detenidamente: “ALARMA POR MURCIÉLAGOS”. El artículo continua: “…Presencia de estos animales en algunos parques de Miraflores preocupa a sus vecinos”. Así es, nos preocupa y mucho, quizá en exceso en mi caso, pero no puedo controlarlo, chupasangres merodean los cielos limeños y de seguro están dispuestos a escurrirse por la primera rendija que deje libre, no cabe duda.

Mientras trato de recobrar la calma y me esmero en disimular en el trabajo mi angustia extrema, mi celular suena: Es mi madre, ya leyó el diario. R. cierra las ventana por favor, has leído, murciélagos en Miraflores, recuerdas lo que paso la última vez…Si entra alguno te encierras en tu cuarto, llamas por teléfono y aguardas. Yo le respondí, apelando a la lógica de supervivencia más elemental: Madre, si me encierro ¿Cómo le abro la puerta entonces, a quien decida arriesgar su cuello para socorrerme?¿Cómo encaro sola al sediento chupasangre aleteando a sus anchas por la casa? A situaciones extremas, soluciones extremas: clausuro las ventanas hasta nuevo aviso. Ahora el calor me asfixia, el ventilador no ayuda y la taquicardia amenaza con desvelarme. Recuerdo otra frase que me tiene enferma: “…hay algunos casos de rabia reportados por mordeduras de murciélagos en la selva del país”. Mordeduras, rabia, mordeduras, rabia, taquicardia, rabia, mordeduras.

Mi temor a estos roedores alados no es exagerado, los he podido ver de cerca, muy cerca, tan cerca como a cinco centímetros de mi nariz y mi nariz es bastante pequeña. Júzguenlo ustedes mismos. Hace un año, me alistaba para ir a trabajar, seguía concentrada mi rutina de siempre. Apagar las luces, desconectar los enchufes, cerrar las ventanas – una alarma igual a la de Peru.21 ya me había alterado entonces- cuando de pronto unos murmullos inusuales me distrajeron ¿Qué podía estar pasando? Aunque suene extraño, opté por olvidarlos, craso error. Cogí mi bolso y cuando abrí la puerta, un murciélago horrible, enorme, con colmillos afilados y todo, se sujetaba con vehemencia de la reja de mi casa. Mi vecina no paraba de gritar mientras yo abría la puerta: …Un murciélago cierra, un murciélago, murciéeeeeeeelago. Carajo! Recordé de inmediato a ChristopherLee y a Béla Lugosi y a todas las películas de Drácula que los dos protagonizaron. Me cubrí el cuello, como si fuera Mina Murray, y busque desesperada mis llaves para cerrar la puerta. Recordé de nuevo a Javier, al azar y a las malditas fuerzas extrañas, que según él, se divertían llevando al límite mis temores y mis nervios de goma.

Un murciélago en mi reja, en mi reja un murciélago, un murciélago, me esforzaba para asimilarlo. Cuando al fin encontré las llaves, visualice en el fondo del pasillo el final de esta historia. El administrador del edificio, secundado por un grupo de ocho inquilinos, tan o más aterrados que yo, se acercaban sigilosamente con dos antorchas caseras encendidas hacia mi puerta. Hasta hoy me preguntó si no armaron esas antorchas con los mismos periódicos que anunciaban, por esos días, el retorno de los murciélagos. Les juro que ese día, ese grupo de desadaptados terminó por crisparme los nervios. Y hoy debo confesar que me asustan tanto los murciélagos como mis vecinos. El chupasangre huyó, finalmente, despavorido y mi casa, por suerte, sigue en pie. Un detalle más, por si no lo habían leído, existen tres especies de murciélagos que son hematófagas, es decir, que aman la sangre, su sangre y mi sangre. Hasta la próxima entrega. Esta noche, no podré pegar un ojo. El calor arrecia, mi taquicardia también.

7 comentarios:

Anónimo dijo...

R.: ha sido una sorpresa descubrir lo jodidamente bien que escribes cuando tu ritmo cardíaco se desacelera. no puede haber mejor croniquera de las bromas cósmicas que sufres.

sigue, por favor. aunque te estrese quizás lo mejor sería, primero, editar un libro con estos posts y, después, producir el sitcom.

y así, los murciélagos y Chimbote nos harán millonarios (me conformo con el 30%).

Tor...tu...ga dijo...

R. Hace poco hable con alguien que me pregunto si realmente el evento del raton alado era cierto. Confirme que si, que fue verdad, que lo unico ficticio es ese mundo real que diariamente te rodea
Me sorprende que seas una atractora natural de eventos poco naturales. Eso te ha convertido en la "estresada de la gran pepa" que tu padre dice pero tambien te ha permitido ver el mundo con otros ojos; con los ojos de quien tiene la presion sanguinea mas alla del 14-9 o quizas el 17-11?
Espero por mas R, no puedo ni imaginar que mas te ha pasado y te esta pasando en esta tu no-poco-exitante existencia.

Anónimo dijo...

Es inevitable tenerle miedo a los murcielagos, a todos menos a Batman, mi querida niña de Liniers. De leer tu historia ya me está dando nervios: vivo cerca a esos animalitos. Sigue escribiendo, tal vez eso -y sólo tal vez-, te quiten un poco la taquicardia que te genera el maldito trabajo.
Besotes
El Chancho

Anónimo dijo...

La verdad que leerte es como escucharte cuando cuentas algo, R. y uno se queda pegado. Secundo lo que dice el amigo "Javier" ofrezco ser parte el proyecto sitcomero.

Sigue escribiendo, Rulitos que esta mostro!!!

Anónimo dijo...

R.Te imaginas que dentro de poco tengas como mascota un murciélago? Uno, que lo cargues contigo, en tu bolso, así, igual como escondes tu filmadora, aunque, claro, con la diferencia de que mientras te deleitas con un cafecito en el 4D y la cámara esta atenta a captar la imagen precisa, el “bicho este” intenta sacar sus espuelas incisivas, y tú, sin que nadie se de cuenta, lo intentas calmar, así que lo acaricias, primero su frontal hundido, luego sus orejas puntiagudas y finalmente, con la devoción de una geisha, su hocico rosado, frió, húmedo, y lo escondes con la serena expresión de tus manos, sólo, para que te deje en paz charlar, y como no lo consigues, coges un pedacito de tu pastelito, lo humedeces con tus labios y lo alimentas, así una y otra vez, hasta que por fin logras dominarlo. Bueno pues, te digo, que eso posible. Y las reglas lo propone una técnica de intervención terapéutica que se denomina “control de conducta por aproximaciones sucesivas”. Como funciona? Es un plan, que se inicia, con la identificación del elemento frustrante; luego con la visualización virtual del objeto, su análisis, evaluación, estudio hasta que cuando ya tienes cubierto el ámbito informacional, (perceptivo y/o auditivo) del objeto, puedas, aproximarte al espacio donde vive o se esconde o lo que sea, solo, para que puedes habituarte e identificarte con las redes por donde se mueve. Cuando ya logres eso, puedes recién, tener contacto visual, real, lejano, cercano, de uno , dos, con crías, en su habitad, etc., hasta que por fin , cuando ya casi tienes una estructura cognitiva abierta, puedas dar el paso final de establecer contacto epidérmico con él, porque este es la única forma con que este roedor puede contactarse con el mundo. El resultado, es fabuloso, con el entrenamiento, es casi 100% seguro, que salgas con tu mascota entre manos, o quizás con un familia completa que compartirá contigo tu casa. Que nota, no? En suma, el hecho es que cuando nos cuentas tus historias,- esta ultima digo- creo encontrar, quizás dos paradojas; la primera, es que la vida esta llena de murciélagos, espantosos unos, camuflados otros, gordos, tísicos, flatulentos, en resumen, esta llena de gente que no sabe que son roedores alados, o peor aún que la gente los percibe como tales, de esos hay un montón: los políticos son los mas visibles, luego, le siguen los cucufatos, y mas atracito nomás, los intelectuales de dominicales. Y he ahí, que la cosa es curiosa, sobre todo, los que vivimos de las truculencias diarias, hemos aplicado un plan automático, de tener con ellos “aproximaciones sucesivas”, tanto así, que ahora, los vemos, compartimos, charlamos, les oímos, los compadecemos, en fin los hemos incorporado a nuestro espectro de referencia, obviando a veces lo grotesco que son y el sarro que esconden tras sus corbatas, su sotana o su rollo. La segunda paradoja; esta referido, al hecho de que aún no puedes explicar, cual es el origen de tus fobias?, y por que no encuentras la respuesta, se te hace fácil sentir el terror a los murciélagos, a los roedores, a las cucarachas, las arañas, en fin , tienes fobia a todos aquellos especimenes que son espantosos para todos; y con ese “cierre”, te cierras a la posibilidad de explorar o rastrear el bautizo de tus temores; imagínate, tú, la que ha rastreado el origen de mil historias, el vestigio de un corrupto, o los sueños de un “comandante cuasi luciferino”, no ha puesto aún en marcha el plan para develar el misterio de sus desvelos, de sus inseguridades imaginarias, de su lucha contra la imperfección, de su obsesión matemática por las responsabilidades, de su escondido temor al tiempo que corre como tortuga con patines, de su manía por el IQ ajeno, en fin de todos aquellos eventos que conjugan en un afán de interrogar, sobre tus huellas, sobre los recodos donde te cobijas, sobre tus veleros, tus guiones.Es decir, la tesis es, que cuando levantes el telón de tu monologo, sin duda, cada uno de estos simbólicos alacranes, van a perder el poder mágico de torturarte y aún en vida se sigan escondiendo en la mampara, en el jardín o en closet de tu casa, ya no van a seguir escondidas en la rendijas de tu mente, no van a pulular por ahí, y por tanto, no van a estorbar la ricura de tu vida. Esa es la tesis. Ese es el reto.
Por último, simplemente me recuerdo, que no debí decir todo esto, porque tu afán aquí, no es terapéutico, ¿o si? es literario y esta exento de rigor. Y yo torpe, me quiero apropiar de Lacan, para entender algo que no es. Sorry, por eso, pero, como ya esta escrito, no importa te lo mando, total siento, que voy a ser absuelto de las tonterías que digo.Entonces volviendo, al tema debo confesar que me empieza a gustar el trato del lenguaje, la precisión del hecho y sobre todo, la dimensión que das a tu confrontación con el mundo.

ON
Pd. No tienes que autorizar su inclusión en tu cuaderno.Otra cosa ¿Te pusiste R,por rulos o por Kafka? Merecemos una explicación no?

Félix Araújo Pérez dijo...

De una forma u otra me alienta saber q no soy el unico histerico en el mundo. Mis miedos son irracionales en su maximas expresion y van desdes miedo a cualquier animal que no este atendido hasta ver peliculas de horror. Si le sumas a esta histerica ecuacion que soy un hombre negro alto y grande, las carcajadas no te van a dejar vivir por largo tiempo. Esa es la parte mas frustrante, nadie entiende que mis miedo son reales y q aunque no tienen un racionalizacion los siento por todo mi cuerpo. Tengo que confesarte que he superado muchos e mis miedos porque no se puede ser funcional en muchas ocaciones debido a ellos. Escribir es rico, mi histerica amiga, pero seras mucho mas libre si enfrenta por lo menos unos de eso taquicardicos (si existe el adjetivo) miedos.

Anónimo dijo...

R, recuerdas, a Woody Allen en la escena del ascensor en la película "Asesinato en Manhattan” , bueno pues, así te imagine, en el escena del alado en la nariz de tu depa. Sabes? a veces me pregunto, si alguna vez a alguien se le ocurre hacer un perfil de todos aquellos que son adictos al genio de NY, tú podrías ser una matriz de referencia. Aunque claro, serías una especie de él, con la gracia linda de la Keaton.
ON